lunes, 2 de septiembre de 2013

#Opinión: A no dejarse engañar, son todos iguales


Ana Lía Piñeyrúa
@AnaLiaPineyrua

Desde antes de asumir el gobierno en 2005 el Frente Amplio ha mostrado en su seno dos posiciones, la de “radicales” y “moderados”, que le ha permitido moverse en toda la cancha sin dificultades y que, en el poder, le ha facilitado jugar sin obstáculos a ser oposición mientras tiene la responsabilidad del gobierno.

Apenas se analiza la realidad se advierte que esto no constituye más que una farsa bien montada, ya que a la hora de la verdad, cuando hay que tomar decisiones o votar en el Parlamento, la coalición gobernante actúa monolíticamente demostrando que, a la postre, son todos iguales.

Es sencillo demostrar esta afirmación recurriendo a episodios recientes. Por ejemplo, el enfrentamiento entre el equipo económico “oficial” y el “mujiquista” cuando la discusión previa al envío al Parlamento para su aprobación del Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR), declarado inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia; episodio en el que triunfó el equipo económico que opera en la Torre Ejecutiva, pero que fue acompañado con mano de yeso por toda el ala “moderada” del Frente Amplio.

O el respaldo de los senadores “astoristas” —Astori incluido- al Ministro Almagro en ocasión de la interpelación de la oposición por promover la suspensión de Paraguay como miembro pleno del Mercosur para permitir entrar por la ventana a Venezuela, a pesar de que el Vicepresidente había manifestado su desacuerdo con la actitud del gobierno.

O el silencio de Astori, entusiasta defensor de nuestra integración plena a la Alianza del Pacífico, ante la andanada del Canciller y el séquito “mujiquista” contraria a su posición.

O las recientes diferencias acerca de la forma de financiar no se sabe bien qué programas sociales que pasó por la ilegal suspensión de la devolución de excedentes del FONASA propiciada por razones de equidad por “mujiquistas” a una eventual propuesta de aumentos del IRPF apoyado por “astoristas”.

Esta estrategia ha sido seguida escrupulosamente por el ex Presidente Tabaré Vázquez, quien no ha vacilado en virar de una posición a otra y, así, contentar a tirios y troyanos y captar electores.

Vázquez ha pasado de convocar, junto a sectores radicales de izquierda, a la marcha en las afueras del Hospital Filtro para evitar el cumplimiento del fallo judicial que, a pedido de España, dispuso la extradición de miembros de la ETA y que terminó en episodios de violencia y una persona fallecida en 1994, a promover ahora el respeto de los recientes fallos de inconstitucionalidad dictados por la Suprema Corte de Justicia cuestionados con virulencia por sectores radicales del FA.

Ha pasado de pregonar que “iban a temblar las raíces de los árboles” con sus reformas a anunciar, previo a las elecciones de 2005, que su Ministro de Economía sería Danilo Astori para tranquilizar las inquietudes de quienes lo habían visto moverse muy a la izquierda. No obstante ello, cuando cayó 11 puntos en la aprobación de su gestión, según una encuesta de la época, no dudó en dejar a su Ministro de Economía como el malo de la película cuando, innecesariamente, lo enfrentó públicamente por el presupuesto para la educación para satisfacer las demandas de quienes le reclamaban que cumpliera con sus compromisos electorales. Astori, a pesar de todo, retiró la renuncia que había presentado y declaró que “la jornada no fue fácil, pero en todo caso, fue la culminación de un día feliz para todos”.

Vázquez desmontó la negociación de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, defendido por Astori y denostado por su Canciller y los sectores más radicales quienes se negaban a negociar con el imperio, cuna del capitalismo salvaje, pero no vaciló en recurrir al apoyo de Estados Unidos ante el conflicto con Argentina por el cierre del puente internacional en protesta por la instalación de la hoy UPM.

A principios de este año, Vázquez respaldó al equipo económico “astorista” dando una señal similar a la que dio en 2004. Al mismo tiempo, ha apoyado la legalización de la comercialización y la producción de la marihuana dejando exultantes al Presidente Mujica y su entorno y ha ido a más hablando de regular el consumo de la cocaína. Ha pasado de afirmar, en 2008, que la baja de la edad de imputabilidad era una hipótesis a estudiar, a sostener, ahora, que está absolutamente en contra de esa posibilidad.

Desde hace un tiempo el economista Alvaro García, ex subsecretario de Economía del Gobierno de Vázquez, coordina un grupo de técnicos “vazquistas” que se autodenominan “Nueva Agenda Progresista”, que trabajan en ideas económicas para un eventual gobierno del candidato y, para ser funcionales con la estrategia electoral de éste, pretenden mostrar una posición moderada.

Por otro lado, los técnicos mujiquistas apuestan a una profundización del programa de izquierda guiados por el objetivo de la “liberación nacional y el socialismo”. Olesker, conspicuo representante de este grupo, anunció que el Frente Amplio será escenario de una “pelea” de carácter “importante” en la definición de su programa.

Probablemente, lo sea. Pero a la hora de la verdad habrá un programa único que, como en el pasado, recogerá buena parte de las aspiraciones de casi todos para complacer a la mayoría y hacer creer a los “radicales” que ganaron la pulseada y a los “moderados” que también.
Lo importante es que los electores no se dejen engañar.

Disponible en: http://columnistas.montevideo.com.uy/uc_300051_1.html

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