lunes, 8 de julio de 2013

#Opinión: Una rendición peligrosa

Una rendición peligrosa



Ana Lía Piñeyrúa
@AnaLiaPineyrua

La semana pasada comenzó el estudio por parte del Poder Legislativo de la rendición de cuentas correspondiente al año 2012. En líneas generales no hay grandes novedades, lo que es preocupante dado que el propio gobierno ha reconocido que la situación nacional e internacional no será tan benévola como en los últimos diez años.

Mientras la bonanza impulsada por una situación internacional extraordinariamente favorable nos hizo crecer a tasas altas el mal manejo macroeconómico del gobierno se disimulaba. La explicación es clara, mientras los ingresos del Estado aumentan permanentemente las administraciones frentistas pudieron aumentar el gasto sin medida, y lo hizo también sin exigencias de resultados.

Hoy que el propio gobierno admite que la economía se desacelera y que sus proyecciones sobre la deuda pública y el déficit fiscal se han deteriorado vemos como el equipo económico oficial llama a la prudencia, mientras que presenta nuevos aumentos del gasto. No es que no existan reclamos justos, el presupuesto planteado por el CODICEN es razonable y aspira a solucionar inequidades importantes, el problema es que el gasto ha aumentado la grasa y no el músculo del Estado.

Esto queda en evidencia en los más de 300 millones de dólares en cargos políticos que se despilfarran en el actual período de gobierno. Con la décima parte de esa suma se puede duplicar el aumento otorgado a los docentes. Y, por otra parte exigir mejores resultados en materia educativa, lo que no se ha hecho ni se evalúa.

A lo largo de todo el informe de la rendición de cuentas se muestran como logros del gobierno el aumento del gasto pero no hay una sola evaluación del impacto de ese gasto en las distintas áreas. Es más, es evidente que el aumento del gasto en salud, educación y seguridad, por ejemplo, no ha redundado en mejores servicios para los uruguayos. En algunos programas, como el Plan Juntos, incluso no se da una sola cifra, lo que es absolutamente inadmisible.

La conclusión es que lamentablemente la irresponsabilidad sigue su marcha, lo que en algún momento nos pasará factura. Y no es sólo que se ha gastado mucho, sino que se ha desperdiciado el gasto adicional para invertir y mejorar en los principales temas del país que están cada vez peor. Es hora por tanto de poner el foco en lo que importa, de utilizar los recursos públicos con responsabilidad y rendir cuentas en serio de lo que se hace y se deja de hacer. Es hora en definitiva de un gobierno responsable, que este a la altura de lo que los uruguayos esperan y merecen.

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