lunes, 21 de mayo de 2012

A sacarse la careta


Felipe Paullier Olivera
@felipepaullier

Hace pocos días el Ministro de Desarrollo Social Daniel Olesker fue interpelado por la diputada Ana Lía Piñeyrúa respecto a la ejecución de los planes sociales que dependen de su cartera. Durante casi 8 horas de interpelación quedó demostrado que no solo las políticas llevadas adelante desde el MIDES han sido ineficientes sino que denotan un claro fin clientelista.

Lamentablemente, y como en todas las anteriores interpelaciones a ministros del FA, nos encontramos con un jerarca que no respondió ninguna de las interrogantes planteadas por la diputada interpelante, y que fue respaldado por los 50 legisladores del FA con una moción pronta antes de empezar.

Con argumentos claros y concisos Ana Lía evidenció el manejo electoralista desde la fuerza de gobierno al aplicar las políticas sociales.

¿Por qué decimos que son políticas claramente clientelistas?

En el estudio “Transferencias gubernamentales y respaldo político” publicado en enero de 2009 por Manacorda, Miguel y Vigorito,  investigación, en la que participó también el MIDES durante la gestión de Marina Arismendi,se evidencia el impacto del PANES (uno de los principales programas de transferencias monetarias) en la decisión de voto. Este estudio concluye que entre los beneficiarios del plan el apoyo al gobierno del FA era entre 11 y 13 puntos porcentuales mayor que el apoyo manifestado por aquellos que no eran beneficiarios del mismo.

Un clientelismo que incluso se evidencia en declaraciones a la prensa de diversos dirigentes frenteamplistas, por ejemplo cuando en 2009 el hoy candidato a la presidencia del FA Enrique Rubio manifestó que si el Frente capitalizaba los planes de emergencia que había entregado ganaba en primera vuelta.

Este miércoles, en la interpelación también quedó demostrado que las políticas del MIDES han sido absolutamente ineficientes.

¿Por qué decimos ineficientes?

Los números de un estudio realizado por los economistas Bafico y Michelin son contundentes al explicar que de los 17 puntos que disminuyó la pobreza solo 0.6 puntos se deben alas políticas llevadas adelante desde el Ministerio de Desarrollo Social. El grueso de la disminución se explica por el crecimiento de la economía, mientras que los planes del MIDES prácticamente no han tenido incidencia, lo que prueba contundentemente su fracaso.

Vale aclarar también que desde 2008 se modificó la forma de medir la pobreza (sumándole a los ingresos del hogar el valor de mercado de tantas cuotas mutuales como beneficiarios del FONASA haya en el hogar) generando de esta manera datos que ya no reflejan la realidad.

Con esta interpelación quedó evidenciada una vez más que el Frente Amplio no es lo que dice ser y que no representa ni el progresismo ni el cambio. La inversión en planes que solo transfieren dinero sin la exigencia de contraprestaciones no es progresista ni cambia la realidad de quienes viven en situación de pobreza. El MIDES ha demostrado ser un aparato político utilizado por la fuerza de gobierno para permanecer en el poder y aprovecharse de los más necesitados.

Desde el Partido Nacional no admitimos la utilización de recursos generados por el trabajo de  los uruguayos para el clientelismo político.

El Frente Amplio ha utilizado y utiliza desde siempre la argucia del apoyo a los más pobres, entonces ¿cómo es posible  que si los recursos destinados  a programas de transferencias monetarias se han multiplicado los asentamientos irregulares continúan en crecimiento?

Es hora de que el Frente se saque la careta.

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